La primavera llega cargada de eventos astronómicos para tenderse y dejarse maravillar por la bóveda celeste
La primavera astronómica arrancó el pasado 20 de marzo pasadas las 4 de la mañana, hora peninsular. Se trata de una estación de transición del invierno al verano que se produce tras el equinoccio y antes del solsticio de verano. La estación que acaba de comenzar será fructífera para los amantes de la astronomía.
El 8 de abril se producirá un eclipse total de sol que se podrá contemplar en su totalidad desde México, centro de EE.UU. y este de Canadá.
Aunque las perseidas son las más conocidas, existen muchas otras lluvias de estrellas de las que disfrutar a lo largo del año. En primavera llegan dos importantes: las líridas entre el 14 y 30 de abril y las acuáridas entre el 19 de abril y 28 de mayo.
El cometa diablo será observable en el hemisferio norte con la ayuda de unos prismáticos o telescopio entre marzo y abril, alcanzando su máximo brillo a finales del próximo mes. Podrá avistarse tras el anochecer como una mancha de luz difusa.
El cometa pasará junto a la Tierra por primera vez en 71 años. Este curioso objeto celeste fue descubierto el 21 de julio de 1812 por Jean-Louis Pons, un astrónomo de nacionalidad francesa.