Los Chiefs de Kansas City se consolidaron como una dinastía tras derrotar 25-22 a los 49ers de San Francisco y convertirse en bicampeones de la NFL.
Los “Niners” dominaban el encuentro, pero volvieron a perdonar una ventaja de 10 puntos, y en el Super Bowl de la “Ciudad del Pecado” cualquier probabilidad, por mínima que sea, puede volverse realidad, y así fue.
Kansas City Chiefs derrotó en tiempo extra a San Francisco 49ers (22-25) en un cierre extraordinario. Mahomes ganó la carrera a contrarreloj y le lanzó el pase de tres yardas a Mecole Hardman, el más importante en el Allegiant Stadium.
Mahomes y Reid ganaron su tercer anillo juntos y ya se perfilan como una de las mejores duplas de todos los tiempos, imponiéndose a unos Niners que no supieron cómo cerrar el partido. No fue Mr. Irrelevant, Brock Purdy, la respuesta de los gambusinos este año, pero sí fue Mahomes el que logró la gloria.
La muerte súbita fue inevitable
El frenesí inició en los últimos minutos del tercer cuarto. Tommy Townsend despejó y supo dónde colocar el balón, ya que el ovoide tocó a Darrell Luter Jr. y se desvió lo suficiente para que Ray-Ray McCloud III no lo controlara y Jaylen Watson lo recuperó. Era el impulso que Mahomes necesitaba, para anotar con un pase quirúrgico con Valdes-Scantling para tomar la delantera.
La respuesta cayó en el pase de Purdy con Jennings, quien rompió un par de tacleadas para cruzar las diagonales y recuperar ventaja. Los equipos especiales de KC volvieron a ser determinantes con el punto extra bloqueado, con diferencia de solo tres puntos.
Los Chiefs mejoraron, pero fueron frenados en zona de gol. Butker lo empató a 16 puntos y dejó poco más de cinco minutos por jugar. Tras la pausa de los dos minutos, Moody anotó otro gol de campo y todo dependía de Mahomes, quien en los últimos segundos le lanzó a Kelce y abrió la avenida para llegar a la yarda 11; Butker obligó la prórroga.
Por segunda vez en la historia, el Super Bowl se resolvió en tiempo extra y ambos equipos tuvieron el ovoide. San Francisco sumó tres puntos, Kansas City se consumió casi todo el reloj, pero le bastó.
Información de: Milenio