La fracción parlamentaria de Morena en el Congreso del Estado, presentó una iniciativa para centrar la tipicidad del delito de violación en la falta de consentimiento de la víctima, así como establecer la violencia física y moral como agravantes de este delito.
La diputada Rosana Díaz Reyes, iniciadora de la propuesta, expuso la necesidad de reformar el tipo básico de violación en el Código Penal de Chihuahua, el cual actualmente para su demostración requiere la existencia de los medios comisivos de violencia física y moral, por lo que cuando el acto sexual no está acompañado de violencia el delito de violación no existe, lo que en algunos casos propicia que dentro de la investigación del delito y de la misma actividad jurisdiccional su demostración se condicione al grado de resistencia que hubiese impuesto la víctima durante la imposición de la cópula.
Indicó que esto genera que la regulación del delito de violación en esos términos, atenta contra la dignidad de las víctimas, al requerirles que opongan cierta resistencia, más allá de su expresión a negarse a tener relaciones sexuales, exigiéndoles que pongan en riesgo su seguridad e integridad personal, pese a que vivimos en un ambiente en el que la Violación, forma parte de la cotidianeidad de las mujeres, ya sea por ser víctima o por el miedo a serlo.
De igual forma, agregó que dicha tipificación propicia una victimización secundaria para quienes toman la decisión de denunciar, “cualquier mujer sabe que si denuncia que fue víctima de violación, para demostrar la existencia de violencia física y moral, necesariamente se van a encontrar con preguntas que la colocan como culpable de su propia agresión porque si no dijiste claramente que no, porque si no te apartaste, si no empujas, si no arañas, si te quedas quieta, esto es, si no te resististe o no te sentiste lo suficientemente intimidada, se corre el riesgo de que tu caso no sea considerado una violación”, manifestó la legisladora.
La diputada Rosana Díaz consideró que existen estereotipos diluidos en la impartición de justicia, y que son un impedimento de la impartición de una justicia objetiva, imparcial y universal.
“Ninguna víctima tendría que soportar un injusto, una agresión, por no resistir suficiente, ni la ley, debería permitir una violación porque la autoridad juzgue qué tanto luchó la víctima sin importar el acto del violador. El consentimiento es libertad, y es lo primero que se debe considerar”.